jueves, 10 de enero de 2013

PAREDONES DE TEHUACÁN VIEJO

Los llamados "paredones de Tehuacán Viejo" son las ruinas de lo que fue un convento franciscano construído a mediados del siglo XVI en la zona donde antiguamente se ubicaba la población indígena de lo que hoy es Tehuacán. Se halla en la zona de San Diego Chalma, al sureste de la ciudad.
Los antiguos pobladores eligieron las inmediaciones del cerro colorado (lados sur y poniente del cerro) debido a que dicho cerro tiene los elementos necesarios para hacer de él un fuerte natural para defenderse de las incursiones bélicas de pueblos vecinos. 
A la llegada de los misioneros españoles y ante la necesidad de tener un lugar dónde vivir para difundir la nueva religión por la comarca, se ordenó la edificación de un convento en donde hoy se conoce como Tehuacán Viejo, concretamente en el paraje conocido hoy como Calcahualco ("en las casas abandonadas").
Litografía de Tehuacán en 1780. Abajo a la izquierda se puede apreciar el cerro colorado y a su derecha el ex-convento. AGN, ramo Tierras, Vol. 1058, Exp 2, número de catálogo 915

Después de 1520, los indígenas que vivieron en éste lugar acudían periódicamente a Huejotzingo a recibir los sacramentos. Hacia 1529 se asigna un fraile a ésta región y a partir de 1536 se inicia la construcción el convento, el cual se concluyó en 1540.
Paredes Colín afirma que el convento fue construído con la ayuda de al menos 12 comunidades vecinas, entre las que se mencionan a Ajalpan, Altepexi, Chilac, Miahuatlán, Necoxcalco y Zinacatepec. El convento fue erigido sobre construcciones prehispánicas ocupando un área de aproximadamente una hectárea, pero sus límites verdaderos solo se sabrán hasta que se hagan excavaciones de investigación.
Desde su fundación, el convento estuvo dedicado a Santa María de la Concepción.
Hacia 1780 se realizó una litografía de ésa zona en la cual se puede apreciar el convento y algunos  detalles que se resumen a continuación:
Fotografía de Paredes Colín, 1910

El conjunto se hallaba rodeado por un muro perimetral de unos 100 metros de lado que delimitaba el atrio. Un rústico arco de perfiles góticos facilitaba el acceso sur al jardín de la iglesia.
El templo consistió en una sola nave rectangular; sus muros tenían un grueso de 1.20 metros de ancho en su base, 1 metro en su parte terminal de arriba, y una altura de unos 12 metros. El largo total  en medidas exteriores era de 48.20 metros. En el interior corría un guardapolvo de 0.88 metros de alto pintado de color rojo (según Martínez del Sobral). Se puede apreciar la existencia de dos estanques; uno para cría de peces y otro para baños. También se puede ver que había palmeras adyacentes.
*Cabe hacer notar que de acuerdo con vestigios hallados, las casas del pueblo se hallaban dispuestas no en forma ordenada sino mas bien dispersas en la zona. Una visión del entorno de aquel entonces puede lograrse si se observa la actual población de Los Reyes Metzontla, igual, de origen popoloca.

Cuando los frailes ordenaron el traslado de la población al sitio actual de Tehuacán, el viejo convento fue abandonado y se construyó entonces el nuevo convento de San Francisco en la actual calle Agustín A. Cacho. Los grandes muros del viejo convento subsistieron durante todo el siglo XIX. En una fotografía obtenida en 1910 por Joaquín Paredes Colín se muestran ya los muros bastante derruídos. La última desgracia para las ruinas ocurrió en 1998, cuando un temblor derribó parte de los muros sobrevivientes.

(Tomado de La Fortaleza del Cerro Colorado de Tehuacán, Mauricio Gálvez Rosales)
*Notas de Luis Ramón

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