martes, 12 de noviembre de 2013

EL CORRIDO, ALMA DE LA CANCIÓN MEXICANA


El corrido es la manera singular que tiene para rematar los temas la canción mexicana. Andrés Henestrosa explica su función estética: "... es el vehículo de que el pueblo se vale no sólo para expresarse, es también su órgano periodístico. Y esto de un modo natural, pues por ahí empiezan las literaturas todas: por la épica, y casi no hay pueblo con algún desarrollo que no haya cantado a sus héroes".

Es por este motivo que en la memoria canora de los mexicanos le corresponde al corrido el peso narrativo de la música nuestra. Sus raíces generalmente se ubican en el Romance, composición poética originaría de España que llegó a nuestra tierra en época de la Conquista, encontrando territorio fértil para desarrollarse, sobre todo uno de sus subgéneros, el llamado "cantar de ciegos", versos rimados para ser cantados por ejecutantes-intérpretes invidentes en las plazas públicas, vendiéndose después en la audición en hojas sueltas, lo que hacía que circularan de mano en mano entre otros cantores que viajaban a distintas partes de México interpretándolos; esta interacción corrido-cantor-público lo dotó para siempre de vigencia y popularidad.

Es muy posible que su nombre-como sugiere Gabriel Saldívar-sea resultado de esta circunstancia. Álvaro Custodio enriquece la explicación de sus inicios señalando: "el Romance es el principal pero no el único germen del corrido; en el siglo XVII (en México) se cantaban coplas y jácaras (romances alegres que por lo regular cuentan hechos de la vida airada) de origen español y comentaban sucesos de actualidad, y cuando la paz colonial empezó a agrietarse a principios del siglo XIX, circularon unas coplas satíricas que se llamaron "corrido de Carlos IV", de "Hidalgo" y "la Fernandita", aunque Vicente T. Mendoza insiste que "... No son corridos auténticos"; al parecer sólo eran cantares que iban adoptando insensiblemente las peculiaridades del corrido".

Al llegar la etapa de la independencia, este género adquirió voz propia e identidad, es por estas fechas más o menos y comienzos largo camino cantando "voy a contarles señores.." Su edad se divide en tres bloques, Yolanda moreno Rivas plantea la cronología: "históricamente, y por su desarrollo, el corrido se ha clasificado en tres periodos principales: el primero abarca desde la independencia hasta el ascenso de don Porfirio, el segundo desde los principios de la dictadura hasta 1910 y el tercero desde los inicio de la revolución hasta nuestros días (si se aceptan como corridos las creaciones actuales) " Juan S. Garrido, "la pulga" de Pepe Quevedo como el primer corrido (1821); este tema musical es una narración con acento campesino que goza de cierta popularidad, cuando el género ocupó el lugar que jamás abandonaría como medio de información estético-histórico de las masas; poco importó si su autoría era anónima o de creadores identificados a propósito, Guillermo Orta Velázquez cuenta: "... acepta diferentes medidas en sus versos (aún cuando prefiere la octasílaba), tiene la característica que si bien, en lo general, sus autores fueron anónimos, también ha habido poetas cultos que lo han cultivado ocasionalmente" en el periodo de la independencia cumplió cabalmente su objetivo de ser relator de batallas, lugares geográficos, héroes y villanos logrando por esto crecimiento e impacto en el gusto popular; pronto junto al jarabe y el son se convirtió en una de las tres vertientes principales de la música mexicana.
Las coplas y sextetas dedicadas a José María Morelos, al virrey Juan Ruiz de Apodaca, a Valerio Trujano, "corrido de los oprimidos", de autor anónimo y "el corrido de la independencia" de Angel Salas son muestras fehacientes del amanecer.Su infancia fue generosa ya que todos los rumbos del país tuvieron sus corridos y sus "corridistas", del sur al norte en sus letras quedó plasmada la historia no oficial, con melodías sencillas a ritmo de dos cuartos, tres cuartos y seis octavos que permitieron que su mensaje quedara audible y cantable. La fórmula lingüística recurrió a las cuartetas y en su desarrollo del tema la primera parte la primera parte llamaba la atención del público, seguía la historia y terminaba con la despedida. La duración dependía de lo que se tenía que contar, por esta circunstancia la principal preocupación de el/los creadores consistía en plasmar el tema sin importar si se modificaba la medida y el tamaño de las estrofas, ello ocasionó que se enriquecieron espontáneamente su capacidad de versificación.

Los diferentes conflictos bélicos que sucedieron los primeros 50 años del sigloXIX fueron la causa de que la mayoría de la música de éste periodo se perdiera, que los textos fueran modificados adaptandoles melodías distintas y situaciones ajenas a las originales, algunos sobrevivieron mutilados o como estrofas de otras canciones, sin embargo, su importancia es tal que Vicente Riva palacio lo llamó "Romance nacional". La invasión estadounidense (1846-1848), la guerra de Reforma (1857-1860) y la Intervención Francesa (1862-1867), permitieron que el corrido se convirtiera-entre otras funciones-en panfleto político, los mexicanos que combatieron a los "gringos", que lucharon contra los conservadores y que derrotaron al imperio, igual que las fuerzas independentistas, eran de origen popular, los elementos que manejaban fueron distintos a las tendencias que las clases altas consideraban "alta cultura", por tanto componer y cantar corridos constituía un acto de resistencia; en sus textos se intercalaban los mensajes contra la opresión y los ejércitos invasores. Don Andrés Henestrosa comenta: "esto explica que no haya corrido del campo reaccionario; lo que nos indica que es lenguaje de nuestras mayorías. En honor a Maximiliano, una oda escribió José María Roa Bárcenas; para cantar las glorias del chinaco, un corrido escribió Riva palacio". Algunos de esta época son de "Nicolás Romero", "corrido de Juan José Baz", de "Leonardo Márquez", "Sitio de Querétaro", "entrada de Juárez a la Ciudad de México", "Clarín de campanas", "la Carambada".

Corría mayo de 1877. Porfirio Díaz era declarado presidente electo, comenzaba la juventud, la temporada de aventuras, las de las tragedias amorosas, los bandoleros y los perseguidos por el sistema judicial, llegaba el momento inevitable de la vinculación con la masa sojuzgada por la dictadura bajo el discurso del progreso y la paz. No había posibilidad de dar marcha atrás, sólo quedaba la obligación de rescatar del olvido la historia con cuartetas y guitarras; el color moreno le brilló en la piel y por todos lados dejó el olor a cantina, a tierra mojada, a tierra y a ternura. Distintas influencias recibió en su formación y consolidación incorporando otras formas literarias a su manera de decir las cosas. E. Thomas Stanford, nos dice: "ahí algunos corridos que tienen relación con las tradicionales décimas, entre los cuales podemos citar a "Adán y Eva", "los animales" (...), considero que los antecedentes inmediatos del corrido revolucionario pueden ubicarse en la tradición de la décima en México en el siglo XIX". Los títulos y las tonadas brotaron por todos los estados de la república, la veta de hacedores parecía inagotable y los cantores estaban en todos los rincones de la patria; a ésta época que termina en 1910 pertenecen los siguientes títulos: "los mártires de Veracruz", "la cárcel de Cananea", "San Juan de Ulúa", "Hipólito y Rosita", "Demetrio Jáuregui", "Reyes Ruiz", "corrido del descarrilamiento de Temamatla", "el hijo desobediente", "Rosita Alvírez", "Chucho el roto", "Heraclio Bernal" y "la Martina". Sucesos y cantos se unen para siempre, confrontando la frivolidad de la corte porfirista y levantando su autenticidad como propuesta estética; finalizaba la edad de las ilusiones como al principio, cantando a la tragedia del hombre... el florecimiento se da con la revolución, el movimiento social y sus personajes anónimos, héroes, antihéroes, acontecimientos, animales, alegrías, tristezas, la vida y la muerte, todo lo que se debe decir en un corrido, todo lo que es cierto.

La lucha armada de curó (?) a sus mejores hijos y a sus mejores sueños; sin embargo, el corrido sobrevivió debido a la participación de la incipiente industria editorial musical del país; los artesanos-editores de música, siguiendo el ejemplo de la casa Vanegas-Arroyo, realizaron los textos en las "hojas sueltas", este rústico sistema no sólo permitió la difusión, sino también la conservación de esta manifestación cultural de nuestro pueblo;otra parte del repertorio se quedó en los cantores, núcleo que conforman la historia mágica del canto.
La revolución mexicana (1910-1990) éste periodo que los estudiosos consideran como el auge del género; por mi parte creo que ahí que aumentar la siguiente década, rica en acontecimientos de importancia-las muertes de Carranza, Villa, Obregón, Francisco serrano, Marte R. Gómez y tantos otros-los corridos del movimiento cristero (1926-1929), la rebelión delahuertista, la revuelta escobarista, la derrota electoral de Vasconcelos, la lista es interminable, y los revolucionarios son los que más se estudian. Vicente T. Mendoza los singulariza en su clasificación temática: "revolucionarios cuando relatan hechos referentes a las figuras principales de dicho movimiento, a batallas, cuartelazos, actos heroicos etc. es la época más fértil y brillante del corrido". Durante la posrevolución aparece la radio y su impulso es tal que cambia el quehacer de la música, las canciones se hacen para que las difundan las ondas hertzianas, el corrido está en el gusto de la población rural, la generación en el poder no le encuentra lo cosmopolita-que es la moda-y lo arrincona en del silencio, en las pequeñas poblaciones se le cultiva ti retroalimenta, así llega al fin de la tercera etapa.

A partir de 1930 algunos críticos consideran que la calidad se pierde, que se adultera su esencia espontánea, que se convirtió en lisonja para candidatos y solicitud de "hueso público", que la industria a través del disco, el cine y más tarde la televisión lo contaminaron convirtiendolo el objeto de consumo. Sin embargo, también existen aciertos indudables que obligan a reconocer la cuarta época, independiente y masiva, llena de talento e ingenio que la distinguen como la metamorfosis. De 1930-años de la inauguración de la XEW-a 1947-la aparición de "Juan Charrasqueado"-, sucede la transformación; los compositores que gozaban de cierto reconocimiento y prestigio nutrieron el repertorio. En 1933 Juan José Espinosa da vida a "Atotonilco", corrido que identifican a una población del estado de Jalisco; en 1935 Juan S. Garrido compone para la película el tesoro de Pancho Villa, "corrido villista", el texto que pertenece a Ernesto Cortázar a confundido a muchos investigadores que lo consideran del periodo revolucionario; Lorenzo Barcelata con letra del mismo Cortázar escribe "el rifle"; el gobierno de la república es presidido por el general Lázaro Cárdenas, su administración apoya los movimientos reivindicadores agraristas y los sindicatos obreros. Esta circunstancia permite que una buena cantidad de corridos con su figura como tema principal saltan a la luz pública; la compositora Concha Mitchell en 1938 da a conocer el "corrido a Emiliano Zapata"; Felipe Bermejo y Pedro de Lille en 1939 crean el "corrido de Chihuahua" y Felipe Valdés leal "Echale 5 al piano".

En 1942 Pepe Guízar-el pintor musical de México-compone "el corrido del norte"; el año siguiente el tamaulipeco Severiano Briseño da a conocer el "corrido de Monterrey"; Manuel Álvarez-el compositor de la música de angelitos negros-en 1944 crea "Lupe Jalisco"; Pedro Galindo en 1945 "que rechula es Puebla" y Jesús el muerto palacios "copitas de mezcal"; ese mismo año Blas Galindo con letra de Alfonso del río compone "Aguilita Mexicana"; en 1946 Pepe agüeros (Luciano miral) escribe "la muerte de lucha Reyes"; fue entonces que llegó el día de: "voy a contarles un corrido muy mentado/lo que ha pasado allá en la hacienda de la flor..." La industria musical ordenó las directrices y los intereses económicos junto a compositores, autores, intérpretes y arreglistas modificaron los derechos económicos del catálogo; se registraron como " arreglos", nuevas versiones y en algunos casos, como temas originales los mismos viejos corridos.
Los movimientos sociales continuaron en 1948, años de la publicación de la ley federal de derechos de autor, los sinarquistas después de un acto político en el hemiciclo a Juárez encapucharon al benemérito de las Américas, el movimiento agrario y el obrero independientes se defendían de la política oficial, las vedettes y el mambo acaparaban la atención del pueblo, todo estaba listo para la entrada de la televisión a los hogares en 1950. En el mundo del corrido Francisco charro Avitia y Víctor Cordero eran las figuras de mayor relieve y el personaje mitológico Samuel Lozano quien desde los años veinte realiza una labor encomiable como compositor de corridos. Pronto otros nombres se sumaron a la lista: Pepe Valdés leal, Agustín Lara, Rafael Hernández El jibarito, salvador Flores, Luis Pérez Meza, Mario Álvarez, Rubén Fuentes, Rubén Méndez de Castillo, Tomás Méndez, Cuco Sánchez, Enrique Sánchez Alonso El Negrumo, José Angel Espinoza Ferrusquilla, Antonio Valdez Herrera, Ramiro Hernández, Fidel el compadre Valenzuela, Leonardo Yáñez el Nano, Ignacio Fernández Esperón, Manuel Muñoz Farrús, Pedro Galán, José Alfredo Jiménez, etc.; junto con el oficio de los creadores musicales profesionales, el sentimiento continuaba versificando el drama del pueblo.

Después del 68 el cambio como velocidad, el nuevo sonido que lo anunciaba llegaba del norte y era producto de los migrantes mexicanos en del sur de Estados Unidos, la simbiosis rítmica entre la neocumbia o cumbión y el viejo género narrativo-melódico cambió las reglas que señalaban al corrido como música para escucharse y lo convirtió en el "rey de los bailes populares", los que sirven para "mover el bote"; los instrumentos electrónicos (bajo, batería y guitarra eléctrica) y el acordeón en lugar de la armónica, acompañaron a las cuartetas, sextetas y décimas que se referían-y se refieren a un-a personajes auténticos, nacen entonces: "tradición y contrabando", "la banda del carro rojo", "la tumba del mojado", "Lamberto Quintero", "el gran patas de venado", "Juana Gallo", "Jesús Malverde", "espalda mojada", "los paisanos", "la camioneta gris", "carga blancas", "los muchachos de Durango" y "5 de mayo en Nogales", por sólo citar algunos críticos. En el año de 1971 distintas instituciones celebraron los 150 años del corrido (tomando como punto de partida "la pulga" de Pepe Quevedo); los festejos tuvieron como culminación un concurso nacional, el cual fue ganado por Francisco Chanona con "corrido a Emiliano Zapata".

En el movimiento del canto nuevo-proyecto independiente que nació a finales de los sesentas-una de sus corrientes planteó como tarea principal la conservación de la auténtica canción y en ésta labor ocupó un lugar preponderante el corrido; distintos compositores que participaban en esta tendencia musical realizaron nuevas obras dedicadas a símbolos y luchadores sociales, entre las más nombradas se encuentran: "corrido a Rubén Jaramillo", "corrido a Arturo Gámiz", "Lucio Cabañas", "Genaro Vázquez", "el guero Medrano", "corrido al guerrillero heroico", "Juan Jornal", "Jacinto Cenobio", y "la milpa de Valerio"; todos ellos prueba de la vigencia y utilidad del género. Todavía hoy está más vivo que nunca, la industria de la canción-espectáculo ha cambiado constantemente de ritmos y el corrido tan campante, cante y cante, no importa que adjetivos ni que milagritos le cuelguen, están concients de que siempre ha sido un poco "ilegal", que lo han declarado prohibido y que, al final de cuentas no hay de qué preocuparse. De sur a norte, de "Carabina 30-30"-con letra zapatista -al "circo" que cantar los tigres del norte no abandona la rebeldía; de "clave privada" al "número uno" no pierde el sello al contar los temas; del rasgueo de la guitarra de madera al "chun-tata" electrónico no pierde el sabor.  

El principio del siglo XXI nos muestra que la metamorfosis no ha culminado, que el corrido sigue su desarrollo y que sin el no podríamos entender la música nuestra. Este 2001 cumple 180 años (igual que la independencia), conmemorar lo es el motivo del volumen que tiene usted sus manos y que reúne cien obras representativas del género; el disco compacto que acompaña la antología contiene 20 corridos que pertenecen a distintas épocas y que son interpretados por cantantes y ejecutantes que han colaborado en su difusión. La recopilación se divide en cuatro periodos: la raíz, el amanecer,la juventud, la revolución y la metamorfosis; distintos tiempos y una sola unidad: México, el que cantar, el que no ha perdido la memoria de lo que somos, el que conoce y se reconoce con el sonido de su lenguaje, el que convierte la tragedia en canto popular, el que sabe que el corrido: es el alma de la canción mexicana.
                         
                                                                                                          Mario Arturo Ramos

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