lunes, 3 de febrero de 2014

FARALLONES DEL CERRO COLORADO (Una hipótesis de su origen)


LOS FARALLONES DEL CERRO COLORADO

Qué es un farallón

El Cerro Colorado de Tehuacán tiene una estructura muy interesante debido a que en la mayor parte de su perímetro posee acantilados verticales sumamente altos a los que se les ha denominado "farallones"
Estrictamente, un farallón es un promontorio rocoso que se halla sobre el mar y que se debe a la acción erosiva de las aguas. Si la acción erosiva se prolonga lo suficiente, el farallón será paulatinamente reducido a un arrecife.
Farallón en Baia Zagare, Italia
Farallones en Utah, USA
Islas Farallones, USA
Talus, Noruega
Si se observan imágenes de farallones y acantilados en otras partes del mundo, se puede advertir una semejanza estructural con el cerro colorado.
Farallón de pájaros, Islas Marianas

Farallones de Cali, Colombia

Isla Grosa, España
En la siguiente fotografía de Google Earth se puede apreciar la peculiar estructura del cerro colorado, con acantilados que casi lo rodean perimetralmente.
Cerro Colorado de Tehuacán, Foto: Google Earth

El mar en la antigüedad

Se acepta que hubo una deriva continental a lo largo de millones de años y que la Tierra no tenía la misma geografía que la que tiene hoy en día, ni será la misma en un futuro lejano.
Geografía triásica
De acuerdo a citas sobre la historia de Tehuacán, las rocas sedimentarias de la región datan del Cretáceo, cuando la orografía mundial no se parecía en nada a la actual. En la siguiente imagen se muestra una geografía de Norteamérica ,posible durante el Cretáceo. Se puede apreciar que el sureste y la vertiente oriental de México no existían como tales. El mar cubría amplias zonas de la tierra actual de Norteamérica.
Norteamérica en el cretáceo

Según datos geológicos, el Cretáceo duró 80 M.a., pues empezó hace unos 145 M.a. y culminó hace 65 M.a.

Hipótesis

Primer punto. Es posible que los farallones del cerro colorado tengan un origen erosivo a nivel de una antigua costa marina con oleaje constante y enérgico. Una de las observaciones que sugieren esto, aparte de las muchas semejanzas con otros farallones que se encuentran en zonas costeras, es el hecho de que los cortes en las rocas sedimentarias siguen una misma linea de altura, lo que sugiere que en algún momento fueron marcados por un mismo nivel del agua.

Segundo punto. Los farallones del colorado son verticales, sin grandes oquedades como los existentes en lugares costeros. Al parecer el mar cretáceo antiguo, que abarcó la zona de Tehuacán, no erosionó los acantilados de la antigua costa de forma semejante a los del tipo de Baia Zagare en Italia.
Una causa probable de éste desgaste limpio y vertical puede ser el progresivo y relativamente rápido ascenso de la tierra sobre el nivel del mar, aunque éste proceso haya durado uno o varios millones de años, demasiado lento para una escala humana de medición de tiempo.
Éste mismo tipo de erosión puede observarse en otras montañas de la región, tales como en el cerro de la Yerbabuena o en San Sebastián Zinacatepec y otros puntos de la Cañada Oaxaqueña.

Algunas consideraciones

De acuerdo a una publicación de la Revista Mexicana de Ciencias Geológicas (Estratigrafía cenozoica de la región de Tehuacán y su relación con el sector norte de la falla de Oaxaca. Oscar Gabriel Dávalos–Álvarez, Ángel Francisco Nieto–Samaniego, Susana A. Alaniz–Álvarez, Enrique Martínez–Hernández y Elia Ramírez–Arriaga) "la Falla de Oaxaca data del Cenozoico, era geológica que continuó después del Cretáceo. La elevación de la tierra debió formar una semi-fosa o depresión tectónica conformando el valle de Tehuacán."

La forma y estructura del cerro colorado visto desde el aire recuerda a una antigua isla o una "lengua" de tierra, de origen no volcánico, de escarpados acantilados en sus bordes y que se internó en un antiguo cuerpo de agua.
La semi-fosa formada por la elevación de las tierras aledañas al valle de Tehuacán pudo atrapar una gran masa de agua marina, lo que al secarse originaría los depósitos salinos del tipo de los encontrados en Zapotitlán Salinas.
Las rocas de los estratos superiores del cerro colorado son de origen sedimentario del tipo conglomerado, lo que supone que está constituído por el lecho de un antiguo fondo (barranca de agua dulce) que se elevó. La relativa diferencia de su naturaleza y color comparada con las rocas calizas de la zona de Zapotitlán, donde se ha encontrado el depósito de fósiles cretáceos y hasta la impresión de huellas de dinosaurios, también sugiere una mayor antigüedad de las primeras.
Hay que tener en cuenta la falta de fósiles o al menos de reportes de su búsqueda en las rocas de los estratos superiores del cerro colorado.. Es posible que a los mismos dinosaurios del cretáceo que deambularon por la zona de Tehuacán ya les fuera posible observar los farallones rojizos y secos del primitivo cerro colorado aflorando sobre  la superficie del panorama. También hay que hacer notar que al menos desde la perspectiva actual, no se observan fallas geológicas con estratos verticales de plegamiento en los farallones del cerro colorado, sino mas bien estratos horizontales.
La antigüedad de las rocas de los farallones bien pueden datar de épocas mucho más remotas que el Cretáceo.

Tipos de rocas halladas en el cerro colorado

El cerro colorado presenta claramente al menos dos estratos geológicos fácilmente distinguibles al ascender a su cima. El estrato más bajo está conformado por rocas calizas de característico color blanco grisáceo. Éste tipo de roca se origina en mares cálidos y poco profundos y suele contener fósiles de vida acuática.
Éstos estratos se hallan también en la zona de San Diego Chalma donde según referencias no comprobadas por mí, se han hallado fósiles de algas y peces. Es necesario hacer notar que se pueden observar estratos muy inclinados como resultado de profundas y fuertes presiones geológicas que los ha dejado en posición bastante vertical. Éstos afloramientos de roca se pueden observar bien subiendo al cerro por su lado poniente.
A continuación algunas rocas halladas en éste estrato por el acceso de Tochapa:

Calizas sedimentarias


Roca con pequeños huecos, posiblemente erosivos o huellas de actividad orgánica antigua
Posibles elementos orgánicos fosilizados



Los estratos mas bajos contienen sedimentos casi sueltos

Roca sedimentaria de consistencia terrosa, barranca de Tochapa



Clastos en la barranca de Tochapa

Rocas de éste mismo estrato observadas por el acceso de San Diego Chalma:






Huellas fósiles de gusanos del fango

Estructuras de lodo seco fósil con huellas orgánicas




A una altura intermedia entre ambos estratos se pueden observar capas de rocas que fueron inclinadas considerablemente por plegamientos de la corteza.  Estas rocas en el camino me hacen pensar en las grandes porciones faltantes del cerro que ya han sido arrastradas hacia abajo por la erosión. La superficie del cerro debe haber estado varios metros arriba de la actual senda.

Rocas observadas en el estrato superior del cerro colorado

El estrato superior es característico por su color amarillo y rojizo; está formado por rocas sedimentarias del tipo de conglomerado. En la roca se pueden advertir claramente cantos rodados de formas redondeadas. Éstas rocas son de consistencia muy maciza, están bastante cementadas. Se pueden apreciar aflorando a la superficie justo en las inmediaciones de la cruz y avanzando hacia el norte, rumbo a la plaza de armas. La roca que conforma los farallones es difícil de alcanzar por lo peligroso de su posición, pero a la vista luce como un conglomerado del tipo que acabo de mencionar.
También puede observarse la presencia de pedernal o sílex aunque no en forma abundante. Se pueden hallar piezas mas bien pequeñas regadas en todas partes y depositado en forma de cristalizaciones en algunas rocas. Es sabido que el sílex requiere de altas temperaturas y presiones para formarse. 
A continuación algunas rocas observadas en éste estrato:













Algunas rocas observadas en la cima del colorado, extremo sur:








La observación de éstos dos estratos me sugiere que los conglomerados del estrato superior del cerro colorado fueron originados por aguas turbulentas que caían de las montañas vecinas, quizás la sierra negra, la cual, hace millones de años, era posiblemente más alta que en la actualidad. El color rojizo de la tierra que cementó los cantos rodados hallados en los conglomerados del cerro colorado apoyaría esta sospecha.

 Rocas observadas en unas cuevas de un farallón del lado sur del cerro colorado

Una de las varias cuevas del cerro colorado presenta en sus paredes  y techo las mismas roca del tipo conglomerado observadas en los farallones. Al parecer el agua de lluvia penetra desde la parte superior del cerro y ha excavado las grietas y cuevas.

Interior de una cueva del cerro colorado
En otra cueva se puede observar perfectamente la estructura de la roca. Se trata de conglomerados. El techo de ésta cueva es mas o menos plano; su suelo presenta un ligero declive hacia el interior del cerro. Se interna unos pocos metros por una fisura estrecha a la cual es necesario asomarse acostado en la tierra. 
El declive observado parece deberse solo a la forma como el intemperismo ha depositado la tierra en la boca de la cueva. Se pueden observar rocas inmensas que se han desprendido de la parte superior, ésto se sabe por las marcas mas claras en el sitio donde se desprendieron.
Ésta cueva me parece haber sido excavada por el embate del oleaje del mar. Está situada en el fondo de una U imaginaria en el contorno del cerro, por lo que pudo haber recibido con mayor fuerza el oleaje, haciendo posible la formación de la cueva.

Boca de otra cueva del cerro colorado
Conglomerado muy cementado y que al parecer ha sufrido una fuerte erosión, quizás por el viento o quizás por oleaje en épocas remotas

Una breve reconstrucción de la historia del cerro colorado (hipótesis)

"Hace más de 65 millones de años afloraban en la superficie de un mar antiguo que cubría toda la zona de Tehuacán, unas montañas de tierra rojiza de edad indeterminada (quizás la primitiva Sierra Negra). Las aguas de lluvia deslavaban constantemente sus laderas; los cantos rodados y el limo se depositaron al pie de sus laderas y al fondo de un valle antiguo durante millones de años formando estratos que formarían los conglomerados que se observan en los farallones del cerro colorado.

Al fin del cretáceo, las convulsiones geológicas elevarían y sumergirían alternativamente partes del terreno en las aguas del mar primitivo. Las aguas marinas erosionarían continuamente las laderas de los cerros formados y que quedarían situados a la orilla del mar. Una elevación progresiva y relativamente rápida del terreno (posiblemente el surgimiento de la falla de Oaxaca) favoreció la formación de los farallones del cerro colora al formarse una hondonada llena de agua del mar, quizás en ese entonces conectada con el océano, mediante la erosión por el agua del mar.

Éste mar poco profundo originaría los depósitos calizos observados en el estrato inferior del cerro colorado con sus rastros fósiles, especialmente los hallados en la zona de Zapotitlán, San Juan Raya y Santa Ana Teloxtoc.
El terreno continuaría elevándose cortando la conexión de la hondonada con el océano; con el tiempo el agua se secaría formando las abundantes salinas que se observan en la región como Zapotitlán, Santiago Miahuatlán y El Salado. La zona de Zapotitlán continuaría elevándose quedando actualmente muy por encima del nivel del valle de Tehuacán.
El terreno situado entre las sierras de Zapotitlán y la Sierra Negra sufriría la erosión del agua de lluvia proveniente del poniente y de los deslaves de las sierras que lo forman, excavando, al paso de millones de años, una enorme y extensa planicie pedregosa que sería el actual valle de Tehuacán. 
El continuo paso de agua de lluvia (o hasta hielo durante la última época glacial*) disolvería o arrastraría la mayor parte de los depósitos salinos en el valle quedando solo algunos bien localizados (El Salado, Santiago Miahuatlán), y causaría un descenso en su altura sobre el nivel del mar. Ésto es sugerido por la red hidrológica del valle de Tehuacán, que cuenta con corrientes subterráneas de agua que lo recorren en dirección al sureste y que supongo no ha cambiado desde que e valle de Tehuacán se formó."

*En una ocasión tuve la oportunidad de observar un gran hueso, al parecer un fémur, de un mamut. El hueso fue hallado en Tehuacán y pertenece a una colección particular. Éstos animales tenían predilección por los climas fríos y helados, lo cual sugiere que en ésta región debió sentirse con intensidad el frío glacial. Es probable que la erosión por hielo en alguna de las eras glaciales también hayan contribuído a modelar algunos rasgos del paisaje de la zona de Tehuacán; no hay que descartar esa posibilidad.

Hidrología del valle de Tehuacán


Ésta es una síntesis de mi hipótesis de la formación del cerro colorado.

A manera de resumen

Es difícil datar exactamente los farallones del cerro colorado, posiblemente su formación se remonte al periodo Cretáceo tardío (hace unos 65 M.a.) con una posterior progresiva elevación del terreno a una velocidad relativamente grande, al menos durante un lapso de tiempo lo suficientemente corto (hablando en una escala geológica de tiempo; éste proceso pudo tardar varios millones de años) como para permitir la formación de sus paredes verticales al descender el nivel del agua sin que llegara a excavar profundamente la base de las paredes.

Recalco que ésto es solo una hipótesis, pero espero que al menos arroje luz o sirva de punto de referencia sobre el origen de éstos farallones que están muy ligados a la historia y a la cultura de la ciudad de Tehuacán.


Farallones orientales del cerro colorado
Farallones occidentales del cerro colorado, los más conocidos, visibles desde la ciudad



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