lunes, 5 de diciembre de 2016

TEHUACÁN "DE CRISÓSTOMO BONILLA"

Juan Crisóstomo Bonilla Nació en Tetela de Ocampo el 27 de enero de 1835; fue nombrado gobernador del Estado de Puebla el 22 de abril de 1877.Siendo él gobernador fue cuando se hicieron en Tehuacán las obras del ramal ferroviario La Esperanza-Tehuacán.


Bonilla no gozaba de popularidad entre los tehuacaneros y en varias ocasiones se le acusó de un pasado corrupto. También se le consideraba responsable de la creación en 1880 de la municipalidad de Chilac mediante su separación del municipio de Tehuacán.

Juan Crisóstomo Bonilla murió el 30 de enero de 1884 siendo entonces gobernador de Puebla Juan Nepomuceno Méndez, quien aconsejado por algunos diputados decidió homenajear al fallecido Bonilla agregándole su nombre a una ciudad del Estado. Tetela, la ciudad natal de Bonilla no podía ser la elección porque ya entonces su nombre era Tetela de Ocampo, así que el Congreso del Estado buscó otra ciudad saliendo entonces a relucir la historia del reciente ramal ferroviario de Tehuacán, así que el 31 de enero de 1884 se decretó que el nombre oficial de Tehuacán sería Tehuacán de Crisóstomo Bonilla.

Ésta decisión provocó protestas y molestia entre buena parte de los tehuacaneros, pues nada encajaba en dicha designación; Bonilla no era ni popular, ni se le consideraba autor del ramal ferroviario, y ni siquiera era tehuacanero; además el nombre sonaba horrendo. Se trataba de una imposición al más puro estilo autoritario de la época, contra la que la ciudadanía no pudo hacer nada.

El político más poderoso en Tehuacán era Enrique Mont, quien había sido  impuesto por Bonilla, se apresuró entonces a hacer un evento de agradecimiento por el nuevo nombre otorgado a la ciudad, evento al que muchos se negaron a asistir como medida de protesta.
El 1 de diciembre de 1884, Díaz retornó al poder; fueron varias las peticiones que se le hicieron para quitar el nombre impuesto a Tehuacán pero ninguna prosperó pues en el fondo Díaz estaba de acuerdo con su nueva denominación, así que a los ciudadanos no les quedó más remedio que resignarse.

El nombre colonial y evocador de "Tehuacán de las Granadas" estaba siendo borrado de un solo plumazo, víctima del autoritarismo imperante. Ésta imposición prevalece hasta nuestros días en espera de que la clase política tome cartas en el asunto para recobrar el bonito y bien ganado nombre anterior, Tehuacán de las Granadas.


En la parte alta del Palacio Municipal de Tehuacán, en ésta vitrina empotrada en una de las paredes se puede ver una gran carta informativa donde se puede leer el nombre oficial de la ciudad.

Fuente: Historia de Tehuacán, de tiempos prehistóricos a la modernidad, Raúl Bringas Nosti.


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