domingo, 12 de junio de 2011

CRUZ DEL CERRO COLORADO


La gran cruz se encuentra en la cima del cerro colorado al oriente de la ciudad de Tehuacán. Se presenta aquí un resumen de la historia de su construcción escrita por Don Trinidad Merlo Robledo, promotor del proyecto de la Cruz. proporcionada por su hijo Don Fabián Merlo quien también participó en la obra.

"Por el año 1948 salió de cacería al cerro colorado un grupo de amigos entre los cuales solo se recuerda el nombre de uno de ellos: Cornelio Rodríguez. Al estar en la cima se les ocurrió improvisar una cruz usando quiotes de maguey de modo que quedara erguida y visible sobre el desfiladero. Al alejarse se sintieron satisfechos de su ocurrencia.
Don Cornelio Rodríguez pertenecía a la Tercera Orden Franciscana. Conversó el asunto de la cruz de quiote con sus amigos Don Pedro Hernández y José Altamirano y se llegó al acuerdo de instalar una cruz más resistente y estética, de madera en lugar de la de quiote. Para ésto convocaron a una peregrinación a la cual asistieron unas 120 personas entre los que se recuerdo a las señoritas Retiff, Don Francisco Romero y a Don Jesús Jiménez.

A partir de entonces los días 3 de mayo se hicieron peregrinaciones a la cruz del colorado hasta hacerse una costumbre con arraigo en la gente. Por el año 1956 se formó un comité Pro-construcción de la Santa Cruz del Cerro Colorado.
Como asesor eclesiástico estuvo el Cura Juventino Gutiérrez Laredo, presidente el Sr. Carlos Vargas Leyva, secretario Don Jorge Gómez, tesorero Sr. Gonzalo Gómez y 5o. vocal Don Trinidad Merlo Robledo.

En 1957 se se iniciaron las primeras acciones para la construcción de la cruz. Se llevó tabique, arena y agua a la cima del cerro, el cual se limpió de matorrales para iniciar la construcción.
En 1958 se organizó la primera Peregrinación (oficial) invitando a varios clubs de la República, de la cual aún existe un banderín de recuerdo con las firmas de los clubes asistentes. En 1959 se hizo la correspondiente peregrinación estrechándose aún más los lazos  amistosos entre los asistentes. en éste años el secretario y el tesorero del comité emigraron a la ciudad de México pos causas de fuerza mayor, pero sin embargo en Tehuacán se llevaron a cabo las peregrinaciones correspondientes a los años 1960 y 1961 con igual o mayor devoción que antes. (1)

Por éstas fechas se integraron al proyecto el maestro platero Carlos Bravo y el maestro albañilJoaquín Bello Puertos, quien al paso del tiempo sería quien realizaría la construcción de la Cruz, piedra por piedra.
En 1962 el Cura Don Juan Cid asistió a la peregrinación y al observar el bello panorama desde las alturas sugirió la construcción de una cruz perdurable al paso del tiempo y hasta señaló el sito donde podría situarse. Ésta idea providencial se arraigó en mi mente y a partir de esa fecha acudía frecuentemente los domingos desde la noche anterior a la cima del cerro en compañía de mis hijos Fabián y Rodolfo, dos sobrinos: Alfonso y Pedro y un ahijado: Isaías a fin de juntar las más piedras posibles (2) para iniciar la construcción de la Gran Cruz dibujada en mis pensamientos.

En 1964 se organizó una entrevista al arquitecto Sr. Alfredo Olagaray, visitante semanal que se hospedaba en el Hotel México para pedirle asesoría respecto a la construcción de la Gran Cruz, pero debido a su avanzada edad no fué posible que subiera hasta la cima del cerro. en lugar de ello nos dió instrucciones precisas al maestro albañil Don Joaquín Bello Puertos y a mí para la correcta edificación de la cruz.
El 9 de abril cortamos varillas para los castillos y para el 3 de mayo del mismo año ya teníamos las cepas listas para colar. Tal día se pidió cooperación monetaria a los asistentes pero fue infructuoso, no hubo dinero. A pesar de todo se colaron las bases de 6 metros de largo por 80 cm de alto y 40 cm de ancho. Las columnas de 80 x 40 cm las levantamos a una altura de 1.80 m cada una... y se acabó el dinero.
Tuve entonces una entrevista con los Curas Juventino Gutiérrez Laredo y Samuel Ramírez Guevara en busca de ayuda económica siendome negada; en cambio al ver mi férrea determinación a concluír la obra fuí colmado de buenos deseos y promesas de rezos a efecto de bendecir el buen desarrollo de la construcción de la cruz, con lo cual quedé más que satisfecho al ver el destino de las cosas al cabo de los años. 
La obra prosiguió; cuando estábamos construyendo los brazos de la cruz se agotó por completo el dinero. Por aquellas fechas recibimos el generoso aporte de mil pesos de manos del capitán piloto aviador Librado López, quien era profundo seguidor y simpatizante de nuestra obra. Éste personaje acostumbraba dejar caer desde su avioneta innumerables flores sobre los presentes sobrevolando en las fiestas del 3 de mayo en el cerro colorado. Con éste dinero se pudo concluír la construcción de la cruz el día 27 de octubre de 1964.
Quiero platicar una de las muchas anécdotas que viví durante la construcción de la Gran Cruz; ésta en especial llamó mi atención por el profundo significado que entrañó: Era una noche de agosto alrededor de las 10 de la noche en la cima del cerro. Ya todos estábamos descansando cuando despertamos por los ladridos del perro. Un desconocido se acerco a nuestro improvisado campamento. Fué invitado a tomar café a lo cual se rehusó. Dijo que iba camino a San Felipe y proseguiría su camino. Me dió una recomendación que se me quedó grabada: la cruz no debía quedar inconclusa. Nunca supe el nombre de éste nocturno visitante; se marchó enmedio de la oscuridad mientras resonaba en mi mente su providencial recomendación".

(1) Hasta éste punto ignoro si se había construído alguna cruz previa a la que conocemos actualmente o si el material para la construcción se almacenó postergando el inicio de la obra.
(2) Al parecer muchas piedras pertenecientes a restos de una antigua muralla prehispánica, reconstruída y prolongada por soldados de la época de la Independencia, que bordeaba la cima del cerro colorado fueron retiradas de su sitio para formar parte de los materiales de construcción de la Gran Cruz.
Don Fabián Merlo

 Reflexión final: La familia Merlo es un gran ejemplo de devoción y tenacidad al emprender un proyecto hasta su terminación contra todos los pronósticos  Tras la construcción de la Cruz se esconde una historia heroica de esfuerzo, sacrificio en todos sentidos (más de los aquí escritos), determinación y fe. 

Don Fabián Merlo participó en la construcción siendo aún un muchacho; fué el organizador de las peregrinaciones de los días 3 de mayo a la Cruz del colorado hasta el año 2009 en que le fué retirado el permiso de hacerlo. Va ésta nota para rendir homenaje a Don Fabián Merlo como uno de los héroes y pioneros de su clase en Tehuacán.
Don Fabián Merlo falleció en Tehuacán Puebla el 2 de noviembre de 2012.

Si visitas la Cruz del Cerro Colorado no rayes ni destruyas éste monumento icono de la ciudad.

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